QUE ES EL PURGATORIO

¿Qué es el Purgatorio? 

El Purgatorio es el estado de los que mueren en la amistad con Dios, pero aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza.  El Purgatorio no es un sitio o lugar, sino un estado del alma. 

La Doctrina del Purgatorio en el Catecismo de la Iglesia Católica

Si bien es cierto que la Biblia no se menciona la palabra Purgatorio, la Biblia tampoco menciona, por ejemplo, la palabra encarnación, que significa que el Hijo de Dios se hace hombre, o la Palabra Santísima Trinidad de Dios

Pero hay que recordar que de la Sagrada Escritura, la reflexión teológica nos permite conocer algunos puntos que han sido predicados por Cristo y por Dios a lo largo de la Sagrada Escritura, aunque no se mencione la palabra exacta de lo que se está mencionando.

El hecho de que no se mencione la palabra Purgatorio en la Biblia no significa que no exista la oportunidad de que un ser humano que ha muerto pueda purificarse.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en una parte de él, nos habla de la resurrección de los muertos, cómo será, del cielo, del purgatorio y también del infierno, y nos dice:

Catecismo de la Iglesia Católica Numeral 1030:

La Purificación Final o Purgatorio: 

"Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero perfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo."

Una vez que una persona muere, tiene un juicio particular. De acuerdo a si ha aceptado a Dios o lo ha rechazado, de acuerdo a sus obras, a su acercamiento o alejamiento de Dios, puede recibir tres opciones: El Purgatorio (Una opción transitoria antes de ser llevado al Cielo)El Cielo (Directamente) o El Infierno. 

Si una persona muere en pecado mortal, lamentablemente ira al infierno. Cuando una persona ha muerto sin pecado alguno, totalmente limpia, vamos a decirlo así, su destino es El Cielo.

Si esa persona esta en amistad con Dios, cumple sus mandamientos y su voluntad, pero en el momento en el que muere tiene algunos pecados veniales, al estar impura, no puede entrar directamente a la presencia de Dios, por lo que tendría que purificarse. Ya tiene asegurada la vida eterna en la presencia de Dios, pero tiene que purificarse.

Catecismo de la Iglesia Católica Numeral 1031:

"La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados. No es lo mismo purificarse que haber recibido un castigo. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio, sobre todo en los concilios de Florencia y de Trento, en las reuniones del Papa con varios obispos que han estudiado la Sagrada Escritura a fondo y sacan, por lo tanto, conclusiones. La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) , habla de un fuego purificador."

"Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que antes del juicio existe un fuego purificador, según lo que afirma aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo ni en el futuro" (Mateo 12, 32).

Podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, es decir, en este tiempo, pero otras en el tiempo futuro. (San Gregorio Magno).

Catecismo de la Iglesia Católica Numeral 1032:

"Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura."

"Por eso mandó Judas Macabeo hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2 Macabeos 12, 46).

Basado en este texto de la Sagrada Escritura, desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, la Santa Misa, para que una vez purificados puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.

"Llevemos los socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre, ¿Por qué habíamos de dudar que de nuestras ofrendas por los muertos puedan ellos tener un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que nos han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos."

Diferencias con los Hermanos Separados

Los hermanos separados, o los hermanos protestantes, no hacen oración por los difuntos. En primer lugar, porque ellos no tienen la celebración de la Santa Misa, que nosotros, desde los primeros inicios del Cristianismo, hemos tenido, y en la cual, desde los primeros inicios del cristianismo, se ha pedido siempre por los difuntos. Ellos no hacen oración por los difuntos, solamente agradecen porque hayan vivido, pero no piden por su purificación.

¿Qué es lo que sucede? Que los hermanos separados no tienen todos los libros de la Biblia que nosotros tenemos. Ellos particularmente no tienen dos en los que se habla del cuidado de sepultar a los difuntos, que es el libro de Tobías. Sepultar, no significa solamente honrarlos en su cuerpo, sino también honrarlos en su espíritu, haciendo oración por ellos.

Tampoco tienen el libro de los Macabeos, que en el capítulo 12 el segundo libro de los Macabeos, en el versículo 46, nos enseña que se puede hacer oración para que los difuntos sean purificados. 

El Fuego Purificador

Hablando de este fuego purificador, debemos entender que se habla de fuego de una forma simbólica.

En nuestra vida cotidiana, el fuego se utiliza para purificar y transformar. Por ejemplo, cuando hervimos agua, el calor elimina las impurezas, haciéndola potable.

En el contexto del Purgatorio, el fuego actúa de manera similar. Purifica las almas, limpiándolas de sus imperfecciones, y las transforma, preparándolas para entrar en el cielo. Este proceso, aunque doloroso, no es un castigo eterno, sino una purificación temporal y sanadora.

El sufrimiento asociado al fuego del purgatorio simboliza el proceso necesario para liberar a las almas de sus pecados veniales y la deuda temporal del pecado. Es un acto de amor y misericordia de Dios, destinado a santificar las almas y prepararlas para la gloria eterna en su presencia.

Por eso dentro de nuestro compromiso de Cristianos, siempre debemos orar por los difuntos.

No solamente es sepultar a los difuntos, darles un último homenaje, respetar su cuerpo aún después de muerto, sino también orar por ellos. Por eso nosotros decimos: "Dale, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna. "Que los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz".

De acuerdo a este pensamiento, surge la devoción de pedir por las ánimas benditas del purgatorio, especialmente como algunos dicen, por las más olvidadas, porque hay personas que mueren y ya no tienen ningún familiar que pida por ellos. Por eso la Iglesia, nos invita a pedir también por todos los difuntos.