LA LECTIO DIVINA

¿Qué es la Lectio Divina?

En el cristianismo, existen diferentes maneras de orar y una forma muy especial de orar es la Lectio Divina.

Lectio Divina significa "Lectura Divina".  La cual consiste en hacer oración a través de la Palabra de Dios. ¿Qué mejor que escuchar al mismo Dios en su misma palabra para poder elevar una oración? De esta manera, nosotros podemos estar en sintonía con el Señor, en una comunión muy especial con Él.

Los Pasos de la Lectio Divina

Este forma de orar y meditar la Palabra de Dios consta de cinco pasos: La Lectura, La Meditación, La Oración, La Contemplación y La Acción. Sin embargo, siempre es bueno comenzar con una invocación al Espíritu Santo de una manera sencilla, espontánea y que salga de tu corazón. Basta con decir: "Espíritu Santo, fuente de luz, ilumíname para que pueda yo entender y comprender la Palabra de Dios."

1. La Lectura (Lectio)

En primer lugar, se hace una lectura, una lectura reposada, una lectura clara, que se le llama Lectio.

Toma tu Biblia y elige un pasaje pequeño con el que quieras orar. Si no estás muy familiarizado con la Biblia, es recomendable que tomes un pasaje corto de alguno de los cuatro evangelios. Para elegirlo, puedes valerte de los títulos que tienen las Biblias encima de cada pasaje y así saber de qué se trata, eligiendo algo que te interese. 

Lees el texto, despacio pero de forma continua, solo para enterarte de lo que dice. Luego, haces una segunda lectura, pero esta vez atento a que algo del texto te llame la atención. Cada vez que algo te impresione, te detienes, relees esa porción y continúas hasta el final. Si crees que es necesario, puedes hacer una tercera lectura del texto, con miras a que algo más te llame la atención. Y así completas el primer momento.

2. La Meditación (Meditatio)

Después de esta lectura, se realiza una con un poco más de conciencia, una reflexión que se le llama la Meditatio. En esta, se trata de poner atención en algunos puntos esenciales de esa lectura que ya se ha hecho. Puedes subrayar los verbos, observar los personajes y las circunstancias que rodean al pasaje bíblico.

Debemos aprender a dejarnos interpelar por la Palabra de Dios, a sentir los sentimientos de los personajes y la situación del contexto bíblico.

Aquí empiezas a preguntarte: ¿Qué significa el texto? ¿Qué ha querido decir Dios con esto? ¿Qué te dice a ti personalmente? ¿Cómo se aplica ese texto a tu vida hoy? Esta manera de orar es bien personal; se trata de que tú tengas comunión con Dios, por lo que usar la reflexión de otra persona no cumple el objetivo que se persigue con esta manera de orar. Esta etapa es bueno dedicarle un buen tiempo reflexionando.

3. La Oración (Oratio)

La tercera es la oración. Después de haber leído, reflexionado y meditado en esa palabra de Dios, debe surgir en nuestros corazones y en nuestra alma la necesidad de elevar una oración a Dios,

Después de ser interpelado por la Palabra de Dios pregúntate ¿Qué le digo yo a Dios? La oración debe ser sencilla, profundamente desde el corazón. Puede ser de alabanza, de súplica, de petición, dando gracias, de perdón, de arrepentimiento, o lo que la meditación te haya movido en ese momento. Es importante que ofrezcas algo al Señor en esta oración, que puede ser escrita, hablada, o simplemente una oración del corazón. Lo importante es hablarle al Señor.

4. La Contemplación (Contemplatio)

Después de todos estos pasos, y haber llegado a un momento de oración profunda. Es un momento de contemplación de aquello que, con claridad, he podido percibir en los pasos anteriores a través de la luz del Espíritu Santo.

En este cuarto momento, el propósito es descansar en Dios, dejarlo actuar a Él. Te olvidas de pensar, de tomar decisiones, y sencillamente estás con Él. La idea no es que tu mente esté en blanco; no persigas eso, porque ese no es el objetivo ni lo vas a lograr. La idea es que te des cuenta de que estás en presencia de Dios, que te dejes amar por Él, y que aproveches este tiempo como un tiempo con tu Señor que te ama.

5. La Acción (Actio)

La finalidad de la Palabra de Dios no es solo ser leída y conocida, sino que también debe ser vivida y practicada. Una vez que se ha contemplado, meditado y leído, se pueda llevar lo aprendido a la vida cotidiana.

La idea de la Lectio Divina es darte una pequeña estructura como guía para que pases un tiempo con Dios, y en este tiempo debes dejarle el control total al Espíritu Santo para que Él te guíe, para que Él te lleve a donde quiera, para que te sorprenda. 

El centro de la Lectio Divina es el Espíritu Santo. La idea de esta práctica es que vayas aprendiendo a conocer cómo Él se mueve, cómo son sus inspiraciones, para que luego en tu vida diaria sepas cómo reconocer su obrar y dejarte guiar por Él.

Que Dios nos conceda hambre y sed de su palabra, que Él nos lleve a la habitación de su corazón y allí seamos saciados contemplando su rostro. 

Recuerda siempre los cinco pasos de la Lectio Divina: Lectura, Meditación, Oración, Contemplación y Acción.