VOTAR COMO CATÓLICOS

En Republica Dominicana estamos a pocos días de las elecciones. Y la iglesia nos dice que es un deber votar.

Es un deber votar porque es la mejor forma de gobierno que se ha encontrado ahora en toda la historia milenaria de la humanidad. No se ha encontrado una forma de gobierno mejor que la Democracia y una verdadera democracia exige una participación consciente de todos los ciudadanos de un pais; en el que elijan sus representantes.

Es muy fácil criticar a los gobernantes pero muchas veces nos olvidamos que somos nosotros los que hemos votado por ellos; somos nosotros que los hemos elegido.

Es muy importante elegir por quien votar; votar con conciencia. Y vender nuestro voto no es una elección consiente.

Como Católicos no podemos considerar votar por aquellos candidatos que apoyan políticas que van en contra de las enseñanzas del Evangelio, sobre la Fe y Moralidad.

Podemos identificar tres asuntos “No Negociables” que nos pueden ayudar a reducir nuestra lista de candidatos por quienes votar.

Estos tres asuntos los llamamos no negociables porque conllevan actos que siempre son moralmente malos y nunca pueden ser promovidos por Católicos.

Es un pecado grave respaldar, promover y votar por candidatos que apoyen cualquiera de los siguientes actos y otros moralmente inaceptables:

1. El Aborto:

Sobre una ley que permita el aborto, la Iglesia enseña que “Nunca es lícito someterse a ella, ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto”. El aborto es el asesinato intencional y directo de un ser humano inocente y, por lo tanto, es una clase de homicidio.

El niño siempre es la parte inocente, y ninguna ley puede permitir que le quiten la vida. Aun cuando un niño es concebido por una violación o incesto, el niño no tiene la culpa y no debe sufrir la muerte por los pecados de otros.

2. La Eutanasia:

A menudo disfrazada con el nombre de “Muerte misericordiosa”, la eutanasia es una forma de homicidio. Nadie tiene el derecho de quitarse la vida (Suicidio), y nadie tiene el derecho de quitarle la vida a una persona inocente.

Con la eutanasia, los enfermos o ancianos son asesinados por un sentido de la compasión mal encauzado, pero la verdadera compasión no puede incluir el cometer actos intrínsecamente malvados hacia otra persona.

3. El “Matrimonio” Homosexual

El verdadero matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. El reconocimiento legal de cualquier otra forma de “Matrimonio” menosprecia el verdadero matrimonio, y el reconocimiento legal de las uniones homosexuales en realidad hace daño a las personas homosexuales porque les anima a continuar viviendo un acuerdo objetivamente inmoral.

“En el caso de que en una Asamblea legislativa se proponga un proyecto de ley a favor de la legalización de las uniones homosexuales, todo católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley. Conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral”.

Es sumamente importante que evalúe cada candidato antes de las elecciones, sin importar el cargo que procura dicha persona.

CÓMO NO SE DEBE VOTAR:

1. No votes por un Candidato solamente por estar afiliado a un partido político. Es preciso mirar a cada candidato como un individuo. Esto significa que puedes terminar otorgando votos a candidatos de distintos partidos.

2. No votes por la apariencia o la personalidad del candidato, o por su astucia ante los medios de comunicación. Algunos candidatos atractivos, agradables y que dicen lo que conviene, apoyan males intrínsecos y debe oponerse a ellos, mientras que otros candidatos, que lucen sencillos, aburridos, o se sienten incómodos ante las cámaras, respaldan leyes que están de acuerdo con los principios cristianos.

3. No votes por los candidatos sólo porque se declaren católicos. Desafortunadamente, muchos de los candidatos que se identifican como católicos rechazan las enseñanzas básicas de la moral católica. Ellos solamente son “Católicos” cuando buscan el voto de los católicos.

4. No haga su elección entre los candidatos basándose solamente en “¿Qué hay para mí?” Tome su decisión sobre los candidatos que parecen más dispuestos a promover el bien común, aunque usted no se beneficie directa o inmediatamente de lo que proponen.

CUANDO NO HAY UN CANDIDATOS “ACEPTABLES”

Puede darse el caso de que todos los candidato asuman posturas que vallan en contra de la moral católica. En ese caso, usted puede votar por el candidato que asuma menos posturas incorrectas o que parece menos capaz de hacer avanzar una legislación inmoral, o puede escoger no votar por alguno.

La conciencia es como una alarma. Le advierte cuando está a punto de hacer algo equivocado. Ella sola no determina lo que está bien o mal. Para que su conciencia funcione correctamente, debe estar bien informada. Es decir, usted debe informarse sobre lo que está bien y lo que está mal. Solamente así su conciencia será una guía confiable.

Desafortunadamente, muchos católicos hoy día no han formado sus conciencias adecuadamente sobre asuntos sobre la moralidad. El resultado es que sus conciencias no se activan en los momentos apropiados, incluyendo el día de las elecciones.

Una conciencia bien formada jamás contradice la enseñanza moral católica. Por esta razón, si tiene dudas sobre el camino por el que le conduce su conciencia cuando se encuentre ante la urna de votación, ponga su confianza en la firme enseñanza moral de la Iglesia.

CÓMO VOTAR COMO CATOLICO:

Como católicos debemos ir a votar con toda seriedad, tomando en cuenta que hay valores que están fuera de cualquier negociación.

1. Los católicos podemos dar nuestro voto con entera libertad al partido y candidato que, sin contradecir nuestras convicciones morales y religiosas, mejor responda al bien común.

2. Los católicos tenemos obligación de ser coherentes con nuestra fe en público y en privado. Traicionamos nuestra fe si votamos por un partido o candidato que atente de manera explícita o encubierta contra la ética cristiana.

3. Podemos dar nuestro voto a candidatos que, a través de su historia o su ideología:

a) Respetan la dignidad de la vida humana desde la fecundación y hasta la muerte natural.

b) Respetan la verdad sobre el matrimonio: unión duradera y justa entre un varón y una mujer abiertos a la vida.

4. Los católicos debemos buscar honestidad en nuestros futuros gobernantes. Exigir que usen con honradez los fondos públicos, combatan con firmeza al crimen organizado, especialmente al narcotráfico, y sean implacables contra la corrupción, los privilegios y el enriquecimiento inexplicable.

5. Debemos votar por un partido o por un candidato que respete el derecho primario de todo hombre o mujer a la libertad religiosa, es decir, a practicar, en privado o en público, individualmente o en grupo, con entera libertad sus creencias religiosas.

Los católicos sabemos que el Estado debe ser laico pero esto no significa que deba ser persecutor, intolerante, excluyente o violento contra quienes poseemos una visión católica de la vida.

6. Los católicos, si somos fieles a Jesucristo, debemos apreciar principalmente a quienes se comprometan al respeto al Estado de Derecho, a la justicia social y la paz.

Nuestro voto debe ser para quien garantice el orden público sin pasar por encima de los derechos de los demás; para quien realmente quiera ayudar a los más pobres (y no los considere sólo como recurso electoral), y para quien promueva un auténtico desarrollo integral (más allá del populismo).

7. Los católicos debemos beneficiar con nuestro voto a quien consideremos más capaz de ofrecer una educación integral, abierta al descubrimiento de los verdaderos valores, sin ocultar partes de nuestra historia y sin manipular o controlar a los maestros, quienes merecen ejercer su vocación con entera libertad.

Los católicos sabemos que la política es importante pero también debemos entender que la política no salva. Con esta perspectiva, estamos llamados a discernir para elegir.

Un voto libre es aquel que, buscando la verdad y el bien posible, no se deja presionar por la dádiva, la amenaza o la conveniencia de un grupo.

Un voto responsable es el que se ejerce el día de las elecciones y se realiza con responsabilidad.