LA ORACIÓN EN CUARESMA

La oración es la que le da sentido tanto a la limosna como al ayuno:

El ayuno como oración es fecundo; el ayuno sin oración es una simple dieta. La limosna, junto a la oración, se convierte en caridad. 

La oración no requiere de grandes discursos, basta con tener la intención de querer hablar con nuestro Padre Dios.

La oración unida al ayuno y a la limosna es muy fecunda. Es fecunda porque no estamos solo pidiendo, sino más bien estamos también ofreciendo. Y cuando nos damos es cuando más recibimos, y cuando nos damos a Dios es cuando más vamos a recibir en nuestra vida.

La oración es ese encuentro personal con el Señor, es un encuentro íntimo con la persona de Jesús, en donde le abrimos nuestro corazón y le hablamos, y en donde debemos también dejar que Él nos hable.

En el evangelio Jesucristo nos manda a Orar para no sucumbir ante la Tentación:

"Al llegar al lugar, les dijo: -Oren para no caer en la tentación." San Lucas 22:40

Practicar la oración en Cuaresma es de suma importancia, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios, a fortalecer nuestra alma, nuestro espíritu, nuestros corazones.

Jesús se retiraba a orar, unas veces solo y otras veces acompañado por alguno de sus apóstoles. A veces pasaba la noche en oración alejado de las multitudes que le buscaban, y siempre hablaba con su Padre antes de tomar cualquier decisión.

Por lo que nosotros los Cristianos, debemos también imitar a Cristo en su manera de orar, a veces a solas con Dios, a veces acompañados, y siempre que tengamos que tomar decisiones en nuestras vidas.

La oración es la piedra angular de nuestra relación con Dios. Es el medio a través del cual nos comunicamos con nuestro Creador, compartimos nuestras alegrías, nuestras preocupaciones y nuestras necesidades más profundas.

En la Cuaresma, la oración adquiere una importancia aún mayor, ya que nos ayuda a centrarnos en lo que realmente importa y a preparar nuestro corazón para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

¿Cómo podemos incorporar la oración de manera significativa en nuestras vidas durante la Cuaresma?

Es importante establecer un tiempo diario dedicado a la oración. Puede ser por la mañana al despertar, antes de acostarse por la noche o en cualquier momento del día que mejor se adapte a tu horario. Lo importante es hacer de la oración una prioridad y ser consistentes en ello.

La oración debe manifestarse a través de acciones concretas de amor y servicio hacia los demás. Durante la Cuaresma, es preciso dedicar tiempo a las obras de caridad, como visitar a los enfermos, alimentar a los hambrientos o consolar a los afligidos. 

No siempre será fácil, y habrá momentos en los que te sentirás distraído o desanimado. Pero no te preocupes, en esos momentos proponte orar un poco, y te aseguro de que si mantienes tu corazón abierto a la gracia de Dios la pereza desaparecerá.