La palabra "Limosna" suena como a dar unas moneditas a un pobre, ¿verdad?. Pero no, la palabra limosna viene del griego "eleemosyne", que es algo mucho más profundo que dar dinero a los pobres; significa compadecerse con misericordia de la persona que sufre.
La limosna no solamente es dar monedas; es el ejercicio de la compasión:
Jesús en su paso por este mundo se compadeció de los ciegos, se compadeció de la gente que tenía hambre, se compadeció de la mujer que iba a enterrar a su hijo. La compasión es una característica propia de Jesús, y la cual es diferente a la empatía.
La empatía es cuando te pones en los zapatos del otro y le dices palabras de consuelo.
La compasión es padecer con la persona, sea ponerte a su lado y llorar con él, sufrir con él, dejar que sus sufrimientos sean los tuyos y realmente hacerte uno con tu hermano que sufre.
Ese es el sentido profundo de la limosna, que obviamente se va luego a concretar en dar comida o dar de beber.
El tiempo de Cuaresma es un tiempo de compasión, de misericordia, de limosna:
En Cuaresma se nos invita a vivir la limosna, como nos la enseño Jesús en el Evangelio:
Cuando tu hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; de ese modo tu limosna quedara escondida y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagara. Mateo 6: 2-4
Y es que los bienes son regalos de Dios que hemos recibido todos los hombres. No somos dueños de los bienes de este mundo; somos más bien administradores.
Pero también no solamente podemos dar limosna con nuestros bienes, sino que también podemos dar limosna con nuestro tiempo, con nuestro cariño, con nuestro acompañamiento a los mas necesitados.
Hay quien quizás puede dar mucho, y hay quien quizás puede dar menos, pero lo importante es ser desprendido y a esto nos ayuda dar limosna, a ser generosos, a no poner el corazón solo en las cosas materiales.
La limosna nos ayuda a ser más grandes de corazón y de alma, a saber que lo más importante no es el tener, sino como está en las sagradas escrituras:
Les he enseñado siempre que, trabajando así, hay que ayudar a los débiles, recordando el dicho del señor Jesús: "Mas Vale dar que recibir”. Hechos 20:35