EL AYUNO EN LA CUARESMA

El ayuno es algo que encontramos constantemente en la Biblia, para recordar que el alimento no lo es todo en la vida. Ya lo decía Cristo: "No sólo de pan vive el hombre".

Jesús mismo ayunó durante 40 días para preparar su misión salvadora. Después de ayunar 40 días con sus 40 noches, sintió hambre y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en pan". Jesús le respondió que está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". En ese caso, el ayuno significó tiempo de reflexión y oración para alcanzar la fuerza necesaria. San Mateo, 4, 2-4

El ayuno también aparece en la Biblia como un signo de arrepentimiento por los errores cometidos.

El libro de Jonás nos recuerda que el pueblo ayunó y se puso ceniza para pedir perdón por sus pecados y así evitar la destrucción. "Creyeron a Dios los ninivitas, proclamaron un ayuno y se vistieron de sayal, pequeños y grandes."  Jonás 3, 5-6

Pero existe también el ayuno por amor y solidaridad. En este ayuno, se deja de comer para que otro tenga algo que llevarse a la boca.

Durante el tiempo de Cuaresma, se nos invita a ayunar, pero no solo ayunar por dejar de comer. La primera razón es para que reflexionemos en la atención exagerada que ponemos en las cosas materiales, descuidando las espirituales, como la oración.

La segunda razón es para que podamos reconocer nuestras faltas y pedir perdón por ellas a Dios y a nuestro prójimo. Porque cuando el corazón está dolido por algo, se va el apetito, así también el hombre que ha actuado mal debería ayunar para mostrar su arrepentimiento.

La tercera razón y una de las mas importantes, es que el ayuno nos ofrece la oportunidad de compartir nuestros bienes con los más necesitados, dejar de comer un poco para que otros tengan algo que comer. Dejar de comer lo lujoso para que quienes apenas tienen lo necesario puedan sentir nuestra solidaridad.

El ayuno no consiste en dejar simplemente de comer y presumirlo a los cuatro vientos. Por eso, Dios anunciaba a través del profeta Isaías:

"Este es el ayuno que yo amo, oráculo del Señor: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos. Compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo. Cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como la aurora, y tu llaga no tardará en cicatrizar. Delante de ti avanzará la justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, el Señor responderá, pedirás auxilio y él dirá: 'Aquí estoy'"Isaías 58, 6-9

La Iglesia nos invita a abstenernos de las carnes los viernes de cuaresma, porque son más costosas y con ese dinero que te ahorras puedes ayudar a los más necesitados.

Además del ayuno de alimentos, existen otras maneras de ayunar:

Podemos ayunar de aquellas cosas que, nos alejan de Dios y de nuestros hermanos. 

1. Hablar mal de los demás:

El primer ayuno que podrías hacer es evitar hablar mal de los demás. San Juan Crisóstomo decía en una homilía: "¿De qué sirve no comer carne si destruyes a tu hermano?"

Si no tengo nada bueno que decir de los demás, es mejor callar. Si surge un comentario desatinado, una crítica, o algo inapropiado, es preferible morderse la lengua. 

2. Quejarse demasiado:

A veces, nos quejamos demasiado de lo que nos hace falta o de las dificultades que enfrentamos. En lugar de centrarnos en nosotros mismos, vamos a preocuparnos más por los demás. Recuerda que hay personas que están pasando por situaciones más difíciles que las nuestras, y nosotros podemos serles de ayuda.

Así como estas, existen mil formas de ayunar en esta cuaresma. ¡Te invito a descubrirlas!