¿Por qué es Importante Confesarse?

Confesarse es Renovarse, es Volver a Vivir.

La Cuaresma es el tiempo litúrgico ideal para ir a confesarse. Recordemos que cada vez que nos confesamos, Dios realiza un gran milagro en nuestras vidas.

"Entonces, vengan,  discutamos -dice el Señor- Aunque sus pecados sean como el rojo mas vivo, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedaran como lana". Isaías 1, 18-19

El Señor le dio la potestad de Perdonar los Pecados a los Apóstoles:

"A quienes les perdonen los pecados les quedaran perdonados; a quienes se los retengan les quedaran retenidos". Juan 20, 23-24

Y ellos, lógicamente, sabían que iban a morir. Entonces, ordenaron a otros Sacerdotes para que continuaran con la acción salvífica de nuestro Señor.

Es así como, al ir ahora donde un sacerdote y confesar nuestros pecados, Dios, en su infinita bondad, nos perdona y nos permite volver a comenzar con las fuerzas que antes habíamos perdido, gracias a su compasión y su misericordia.

Confesarse nos cuesta a todos, ya que el orgullo está arraigado en nosotros y reconocer que somos pecadores es difícil. 

¿Por qué es Importante Confesarse?

La confesión no es un invento de la iglesia; es un regalo de Jesús. Cuando Jesús dijo a los discípulos que los pecados que perdonaran serían perdonados y los que retuvieran serían retenidos, instauró la confesión como sacramento. 

Si queremos salvarnos y llegar al cielo, deben ser antes perdonados nuestros pecados y por eso Jesús quiso dejarnos ese medio por el cual pueden ser perdonados nuestros pecados, por que quiere nuestra felicidad y nuestra salvación. 

Muchas personas dicen: "Yo no me confieso con un hombre, porque el sacerdote es un pecador como yo. Yo me confieso directamente con Dios". 

Es importante entender que cuando nos confesamos, no son los sacerdotes quienes nos están perdonando los pecados; es Jesucristo. En ese momento, algo súper especial sucede: 

"Jesucristo se hace uno con el sacerdote, y es Jesús quien está allí, escuchando nuestros pecados, aceptándolos y perdonándonos para que podamos vivir una vida mejor y más fuerte".

Algo que puede ayudarnos a confesarnos mas frecuente, es reconocer a Jesús en la Eucaristía.

Una vez que entendamos que Jesús está presente en la Eucaristía, tendremos el deseo de confesarnos, porque la confesión es necesaria para poder recibir a Jesús en el Pan y en el Vino Consagrado.

Pero no deberíamos acercarnos a la confesión sin un corazón arrepentido, sin estar verdaderamente conscientes de los pecados que hemos cometido y sin tener una intención profunda de no volver a pecar.

Por supuesto, somos humanos, no somos perfectos, y es probable que volvamos a pecar y que, muchas veces, caigamos en el mismo pecado. Pero el arrepentimiento tiene que estar allí, y esa intención profunda de no volver a hacerlo o de hacer todo lo posible para no volverlo a hacer es importante.

Además cuando nos confesamos recibimos una gracia que nos hace más fuertes para dejar de pecar. Mientras más frecuentes sean nuestras confesiones, mejor podremos resistir a las tentaciones.

Nunca está de más confesarse. Algunos Santos, se confesaban una vez a la semana, otros hasta todos los dias.