LA VIRGEN MARIA Y SAN GABRIEL

La Virgen María, una mujer valiente, que le dijo sí a nuestro Señor y confió en su proyecto, es ahora para nosotros los Cristianos un ejemplo de fe, valentía y obediencia a Dios.

En esta ocasión, exploraremos siete actitudes de la Virgen María que, al imitarlas, pueden transformar positivamente nuestras vidas. 

La Primera actitud que debemos imitar de la Virgen María es su Silencio:

Cuando el ángel Gabriel la visitó, ella estuvo en silencio, no porque no supiera qué decir, sino porque María sabía que cuando hacemos silencio es cuando Dios nos habla.

María siempre supo estar en silencio, guardando todo en su Corazón. Cuántas veces nos equivocamos por no saber callar, por dejar que la lengua nos lleve a cometer errores. Necesitamos tomarnos tiempo para estar en silencio delante de Dios.

La Segunda actitud que debemos imitar de la virgen es la Escucha Atenta:

Cuando el ángel Gabriel compartía el proyecto de Dios con María, ella escuchaba con atención. En nuestras vidas aceleradas, a menudo nos cuesta escuchar con atención la voz de Dios en medio del ruido diario.

Siguiendo el ejemplo de María, debemos esforzarnos por escuchar las cosas que nos dice Dios en nuestras vidas. A través de la oración y haciendo silencio podremos escuchar la voluntad de Dios y su plan para con nosotros.

La Tercera actitud que debemos imitar de María es aprender a Acoger con el Corazón:

María guardó silencio, escuchó atentamente y acogió en su corazón todo lo que Dios le decía. A pesar de las dificultades, María aceptó el plan de Dios.

Te invito a que también acojas la palabra de Dios en tu corazón, abrazando su plan de amor y renunciando a aquello que te daña a ti y a tu familia.

La Cuarta actitud es siempre Preguntarle a Dios:

Después de la anunciación, María preguntó cómo se cumpliría el plan de Dios en su vida. Esta actitud es esencial si queremos cumplir siempre la voluntad de Dios.

Preguntarle siempre a Dios a través de la oración si la dirección que estamos tomando va alineada con su voluntad.

La Quinta actitud es siempre estar Disponible para llevar a cabo el Plan de Dios:

Acepta el plan que Dios tiene para ti, aunque el mundo te presente otros proyectos. María, a pesar de conocer las dificultades que enfrentaría, se mostró siempre disponible para el proyecto divino.

En nuestra vida, es crucial estar dispuestos a seguir el plan de Dios, incluso cuando enfrentamos obstáculos y desafíos. Al decir sí con valentía, abrimos la puerta a las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros.

La Sexta actitud es aprender a Confiar en Dios y en sus Promesas:

La confianza de María en Dios nunca flaqueó, incluso en los momentos más oscuros, como la crucifixión de su Hijo.

Debemos aprender a confiar inquebrantablemente en la fidelidad de Dios, recordando que Él siempre tiene un plan perfecto para nuestras vidas.

La confianza en Dios nos permite atravesar las pruebas con esperanza y ser testigos de los milagros que Dios puede realizar en nosotros.

La Séptima actitud es la Valentía:

Imitemos la valentía de la Virgen María que a pesar de las dificultades que enfrentó, nunca permitió que el miedo la paralizara.

En momentos de adversidad, pidamos la intercesión de la Virgen María para recibir la valentía necesaria.

Recordemos que, con Dios a nuestro lado, no hay obstáculo que no podamos superar.