LOS CATÓLICOS NO ADORAMOS A MARÍA

A menudo se nos acusa a nosotros los Católicos de adorar a la Virgen María, lo cual todos los fieles de la Iglesia Católica sabemos que es completamente Falso ya que: Los católicos no adoramos a la Virgen María, la Veneramos.

María Solo ocupa un lugar especial en nuestra fe Católica, y honrarla no le resta mérito alguno a Dios.

La Diferencia Entre Adoración y Veneración

Para comprender por qué los católicos no adoramos a la Virgen María, es esencial entender la distinción entre adoración y veneración.

La adoración (Latría) implica poner a alguien en el centro de nuestras vidas, entregarnos plenamente a Él y no permitir que nada ni nadie ocupe Su lugar. Y por eso los Católicos reservamos la adoración exclusivamente para Dios.

Para nosotros Maria no es un Ídolo, ya que la idolatría consiste en divinizar todo aquello que no es Dios y en la iglesia católica NO consideramos a Maria una diosa.

Por otro lado, la Veneración es un acto de profundo respeto hacia Maria (Hiperdulía) y a los Santos (Dulía). La veneración es una expresión de Amor, Admiración y Gratitud hacia María y los Santos por su papel especial en la historia de la Salvación y por su ejemplo de Vida Cristiana.

María, una Criatura Especial

María es la madre de Jesús, el Hijo de Dios, y desempeñó un papel fundamental en la encarnación y vida de Cristo. En el bautismo, los católicos creemos que todos los cristianos nos hacemos "Otros Cristos" (Esto significa ser Cristianos; Ser reflejos de Cristo) y, por lo tanto, también nos hacemos hijos de María. 

Dios Padre eligió a María como el medio a través del cual enviaría a su Hijo Jesús al mundo. Esto no significa que María ocupe un lugar similar al de Dios, sino que fue un instrumento valioso en el plan divino para que llegara el Salvador de la humanidad.

Al Honrar María no Restamos Mérito a Dios

Algunas personas pueden preguntarse si honrar a María de alguna manera le resta mérito a Dios. Sin embargo, en nuestra fe Católica, honrar a la madre no disminuye la adoración al Hijo. Al honrar a María, los católicos lo que hacemos es reconocer el papel especial que desempeñó en la historia de la salvación y es una manera mostrarle gratitud por ello. Esto no quita honor a Dios, sino que resalta la grandeza de Su plan divino.

Pensemos en una analogía simple: Si eres una madre y tu hijo se destaca en algo, cuando honran a tu hijo, también te honran a ti como madre. Al reconocer los logros y la importancia de tu hijo, no disminuye tu estatus como madre, sino que te lo aumenta, ya que se nota la buena crianza que le diste.

De manera similar, cuando los católicos honramos a María, estamos reconociendo su papel como madre de Jesús , lo que a su vez realza la grandeza de Dios y Su plan de salvación.

EN CONCLUSION

Los católicos no adoramos a la Virgen María, sino que la veneramos con amor y por gratitud. María ocupó un lugar único en la historia de la salvación como la madre de Jesús y un instrumento valioso en el plan divino. Honrar a María no le resta mérito a Dios, sino que resalta la grandeza de Su plan.

María es un ejemplo de entrega y obediencia a Dios, y su papel en la historia de la salvación merece el respeto y la veneración de todos los Cristianos, sin que esto signifique una adoración, que solo pertenece a Dios. 

"MARÍA ES LA ESCALERA POR LA QUE DIOS DESCENDIÓ HACIA NOSOTROS, Y A TRAVÉS DE LA CUAL NOSOTROS PODEMOS ASCENDER HACIA ÉL".